En la consulta del médico un amigo mío recibe tres posibles causas para la extraña irritación que sufre en la piel. El doctor tras relatar las dos primeras deja caer que la tercera sería por haber mantenido relaciones sexuales. Mi amigo entre risas dice ‘doctor, podemos descartar la tercera…’. Pasa que mi colega no mojaba en meses así que el no follar le sirvió para dar con un rápido diagnóstico. Quién iba a pensar que algo así fuera bueno para la salud…
Otro amigo no paraba de rascarse y sucedió que la picazón era realmente sarna y se lo había pasado un follamigo. Nada grave, hasta creo que el rascar le daba cierto gustirrinín.
Cuento todo esto porque lo que de verdad a mí me sucede es que ando a dos velas y no paro de rascarme al mismo tiempo. Y ateniéndome a los hechos ya dudo que nadie me haya pasado la sarna. El caso es que ni a mí me da gustirrinín el rasca-rasca ni el sábado, sabadete lo acabo con la famosa rima. Creo que estoy por ir al médico pero ya dudo de que sea una cosa que me puedan recetar. Puta vida, una solución quiero….